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Basílica del Santísimo Sacramento

Basílica del Santísimo Sacramento Tiene cinco torres, tres en el frente y dos en el ábside

San Martín 1039 - Retiro - Buenos Aires - Argentina


San Pedro Julián Eymard, fundador de la Congregación del Santísimo Sacramento

Un Santo del Concilio

Nació en La Mure d'lsere, Francia, el 4 de Febrero de 1811, y fue bautizado al día siguiente. Su vida transcurrió en un hogar humilde junto a sus padres y hermanas. En medio de muchas dificultades fue ordenado sacerdote el 20 de Julio de 1834. Fue nombrado coadjuntor de Chatte y más tarde párroco de Monteynard (1837). En 1839, ingresa a la Congregación de los Padres Maristas, donde ejerció el cargo de Maestro de Novicios y de Provincial. En Febrero de 1851, en el santuario de Nuestra Señora de Fourviere, tuvo la inspiración de fundar una familia religiosa dedicada a la glorificación de la Eucaristía. A principios de 1856, fundó en París la Congregación del Santísimo Sacramento. Murió en su casa natal, el 1ro de Agosto de 1868. Fue canonizado por Juan XXIII, el 9 de Diciembre de 1962, al término de la primera sesión del Concilio Vaticano II, lo que le valió ser llamado: "Un Santo del Concilio".

Los Padres Sacramentinos

Los Padres Sacramentinos, nacieron como Congregación gracias a la intuición de S. Pedro Julián Eymard. Hoy los padres sacramentinos están presentes en todo el mundo con el ideal de celebrar y vivir plenamente la Eucaristía. Todos, tanto los hermanos como los sacerdotes de la Congregación tienen la misma misión, aunque vivida, claro está de manera diferente según las culturas, los lugares en los que se encuentren.

Los Padres Sacramentinos tratan de anunciar el amor de Dios manifestado de manera particular en la Eucarístia de diversas formas, desde la vidad en comunidad a la parroquial, desde la acogida hasta el acompañamiento espiritual de los jóvenes, desde el trabajo en el campo social hasta la propuesta de una oración contemplativa ante la Eucarístia.

Tratan además de colaborar con todos los que trabajan por la liberación del hombre de todo aquello que le impide su crecimiento integral y oprime su dignidad.

Los sacramentinos desean llevar a sacerdotes, laicos, cristinanos y no cristianos, a un encuentro con cristo Jesús. Tienen la gran esperanza, y por eso trabajan , de que el mundo se pueda construir, día a día, en el respeto a cada hombre y en la unidad de todos los pueblos.

Basílica del Santísimo Sacramento

Construida por Mercedes Castellanos de Anchorena, obra de los Arqs. Couloms y Chauvet, con las sugerencias del Hno.Seignon, superior de la Congregación del Santísimo Sacramento, quien eligió los materiales. Tardó ocho años en construirse y fue consagrada en 1916. Es hoy la iglesia preferida por las familias de la tradicional y sociedad porteña para celebrar sus casamientos. Es una basílica a la Adoración Perpetua, distinta a las basílicas antiguas, donde no se exalta especialmente la Mesa del Sacrificio. Tiene cinco torres, tres en el frente y dos en el ábside. Un grupo escultórico en mármol blanco muestra la Elevación de la Custodia, como expresión del ideal eucarístico de esta basílica.

Exterior de la Basílica.

La construcción de la Basílica del Santísimo Sacramento se debe íntegramente a la generosidad de la Sra. Mercedes Castellanos de Anchorena. Los arquitectos Coulomb y Chauvet realizaron los planos conforme a las ideas sugeridas, los que se ejecutaron bajo la dirección técnica del arquitecto salesiano R.P. Vespignani. De gran importancia en la realización de todos los trabajos, fue el R.P. Antonio Seignon, superior de la comunidad, quien eligió con refinado gusto los materiales empleados.

La primera piedra se colocó el 25 de marzo de 1908 y esta joya de las iglesias de Buenos Aires fue consagrada el 15 de julio de 1916 y erigida en Basílica Menor por el Papa Benedicto XV el 25 de noviembre del mismo año.

Levantada para adorar a Jesús, en ella el Santísimo Sacramento está expuesto diariamente. Los viernes, un grupo de hombres de la Adoración Nocturna realiza la Adoración Eucarística durante toda la noche.

Ábside y un lado de la Basílica.

Se examina detalladamente uno de los lados de la Basílica y, con las fotografías anterior y siguiente, se visualiza con precisión el conjunto. Llama la atención la construcción especialmente armónica, cuyas proporciones están calculadas "no tanto para que impresione la mole cuanto para que cautive la gracia". Las cinco torres -tres en el frente y dos en el ábside- no son flechas lanzadas al cielo como en las catedrales góticas ni muros cuadrados de iglesias románicas que pareciera que con dificultad se levantan del suelo. Por su misma contextura, se manifiesta el espíritu de gracia que sigue el camino de lo celestial moldeando primero la materia y comunicándole los atributos requeridos para que resulte homenaje adecuado al Rey en su mansión eucarística.

Ubicación